¿Alguna vez has tenido que echar la bronca a alguien de tu equipo? Si la respuesta es no, siento darte una mala noticia, pero ese día llegará. Es uno de los gajes de ser líder. De vez en cuando toca llamar la atención, y no todas las formas son apropiadas. Hay jefes que en contra de lo recomendado para evitar el estrés entran en cólera, y ese engendro llamado ira se apodera de muchas situaciones. Sin duda alguna es algo que se podría evitar.
Desde hace ya algún tiempo hay otras vías de cumplir ese objetivo sin la necesidad de mermar la moral de tus trabajadores. De manera que incluso puedas aumentar la productividad de tu empresa. Se trata de implicar al equipo en el negocio.
Cuando un miembro de tu equipo cometa un error, y seas el responsable de comunicárselo. Evita testigos. No es cuestión de que el resto no vean como te pones rojo del cabreo que te pillas mientras le gritas improperios y gesticulas los brazos como un gorila mosqueado, sino de crear el ambiente idóneo, un ambiente seguro en el que pueda hablar sin ninguna clase de miedo. Busca un lugar relajado, apartado del resto. Y coméntale al susodicho el problema que te ha surgido en la oficina, qué es lo que ha ocurrido y sus consecuencias. Tu arma no son los gritos, ni ponerte como un cabrito sino la pregunta y el dialogo.
Es mucho más fácil para cualquier persona entender su puesto de trabajo si se le explica cuales son las consecuencias de algo mal hecho y una serie de preguntas organizadas (y en calma) que le sirvan de guía, harán que cualquier trabajador tenga el puesto que tenga, llegue a conclusiones a las que antes no haya llegado, y al hacerlo por sí mismos la implicación de este se incrementará con mucha eficiencia.
Además, uno de los beneficios colaterales, es la mejoría de la imagen de la empresa. Es importante recordar que, para bien o para mal, inconscientemente todo empleado termina siendo reflejo de su jefe. Así que queda claro que depende del propio líder “engendrar” una serie de energúmenos o un equipo de gente calmada que transmita profesionalidad a los clientes.