La diferencia entre un buen vendedor y otro no tan bueno estiba en la forma que tienen de afrontar uno y otro las diferentes citas a lo largo del día. Todo depende de una serie de cualidades que los grandes vendedores llevan incluidas en su personalidad, mientras que otros deben aprenderlas y entrenarlas hasta que parezca que las llevan de nacimiento. Son unas cualidades que seguro no os resultan extrañas, las habreis escuchado más de una vez, y que sin más dilación me dispongo a comentaros:
Buena presencia: Con buena presencia me refiero a ir de forma adecuada al trabajo. Un traje y una corbata hace mucho, hoy en día la primera impresión es lo más importante, y si lo primero que transmites es una mala imagen a la hora de vestir seguramente te afecte en el resultado que esperas obtener. Hay que saber vestirse para la ocasión, nada de piercings ni de tatuajes en horas de trabajo.
Puntualidad: La puntualidad es muy importante en las citas con los clientes. Si llegas tarde vas a dar la impresión de irresponsabilidad o la otra persona puede sentir que no le tomas tan en serio como deberías. Seguramente no sea ni lo uno ni lo otro, simplemente no has sido capaz de llegar a tiempo, pero eso no importa, lo que importa es la impresión que causes a la otra persona. Así que llega puntual a todas las citas y ahórrate posibles imprevistos saliendo antes de tiempo, aunque llegues antes a tus citas.
Saber estar: Cada situación es diferente, por lo tanto dependiendo de la situación en la que estés debes comportarte de una manera u otra. No es lo mismo estar comiendo con los amigos que estar comiendo con un cliente. Debes guardar las formas ya que el mínimo fallo que cometas puede salirte caro.
Hay que ser como un camaleón, debemos tener la capacidad de adaptarnos al medio y cambiar nuestras actitudes en función de a quien tengamos delante. No se actúa igual ante el director de una gran multinacional que ante un socio director de una pequeña empresa.
Empatía: La empatía es algo muy importante. Saber ponerte en el lugar de la otra persona e intentar entender porque piensa una cosa diferente a lo que tú pienses puede ayudarte mucho. No debemos cerrarnos en banda y pensar que tenemos la verdad absoluta. Al menos hay que intentar entender a la otra persona aunque luego no cambiemos de opinión.
Compañerismo y trabajo en equipo: Estas dos cualidades van cogidas de la mano, hay que ser accesible y estar siempre dispuesto a colaborar con los demás, hoy por ti y mañana por mí. Cuando hay compañerismo y trabajo en equipo los resultados son mejores.
Por hoy voy a parar aquí y me guardo otras cualidades para comentároslas en otro post más adelante, pero si crees que a día de hoy no cumples con alguna de ellas intenta tenerlas presentes a partir de ahora en todas tus citas.
Javier González – Director de Ventas y Servicios Corporativos.