Cada profesión tiene su código deontológico: están los periodistas, los abogados, por no hablar del célebre juramento hipocrático de los médicos. Si hasta los samuráis tenían su código de honor. Y como los vendedores no podían ser menos, en Brainstormer – Fuerza de Ventas tenemos nuestro propio código ético. Estos son sus principales puntos:
No mentirás: un comercial debe ser sincero con su cliente. La capacidad de un vendedor para establecer una red de relaciones comerciales que asegure su futuro a largo plazo se basa en la confianza de sus clientes. Confianza que solo se alcanza a través de la sinceridad. Hay que tener claro que la venta no es el medio, sino el medio para fidelizar al cliente.
No venderás algo en lo que no crees: nadie puede ser muy feliz en su trabajo si hace algo que no le gusta. Un vendedor no puede hacer bien su trabajo si no le gusta lo que vende. No creo que nadie esté muy contento vendiendo crecepelos milagrosos, por ejemplo. Si tienes oportunidad, trabaja solo con productos o servicios en los que creas de verdad.
No venderás algo que la gente no necesite: ser comercial no se trata de intentar venderle un peine a un calvo. El vendedor debe conocer las necesidades de sus clientes y saber que productos pueden venirle bien y cuales posiblemente no le servirán de mucho. No le vendas algo a alguien que después no va a utilizarlo.
No le quitarás la venta a un compañero: aunque el mundo de las ventas se caracteriza por ser extremadamente competitivo, dentro del mismo equipo comercial no está bien visto que los vendedores vayan pisándose los unos a los otros. Si uno de tus compañeros de equipo tiene problemas con una venta, no se la quites; ayúdale a cerrarla y compartid la comisión.
No abandonarás a tus clientes: el fin de la venta no es el fin de la relación con tu cliente. Dale un telefonazo unos días después para saber cómo le van las cosas. Preocúpate de averiguar si está satisfecho con lo que te compró.