Mónica y yo entramos en la clase, seguidos por Julián. Pronto me daría cuenta de que Julián siempre dejaba pasar a todo el mundo antes que él. Bueno, llamarlo clase no es muy adecuado, ya que no había pupitres; solo una mesa circular y una pizarra.
Julián empezó a hablar enseguida. Desde el primer momento estuve convencido de hallarme ante un comercial de primer nivel. Su forma de moverse, de hablar, de gesticular…, todo en él desprendía energía y confianza en sí mismo a raudales.
Julián nos dijo que para hacer una venta era imprescindible causarle una buena impresión al cliente. Lo de la buena presencia -requisito que pedían en todas las ofertas de empleo para comerciales- no se refería al físico, como creía la mayoría (entre los que yo me incluía). Una buena presencia se traduce en pulcritud, amabilidad y confianza en ti mismo. Y para transmitir una buena primera impresión es fundamental el saludo.
–Pensad en el saludo como en vuestra tarjeta de presentación– dijo Julián. Me miro.- Antes te he dicho que me habías saludado mal. El apretón que me diste fue demasiado flojo y ni siquiera me estabas mirando a los ojos. Un apretón como el tuyo denota inseguridad. Venga, vamos a practicar.
Nos levantamos los tres y empezamos a darnos la mano. Yo a Mónica, Mónica a Julián y Julián a mí. Parecíamos niños jugando. Con cada apretón notaba que lo hacía mejor. Pronto aprendí que las claves de un buen apretón de manos eran las siguientes:
- El apretón de manos tiene que ser firme pero no demasiado fuerte (no había que aplastar la mano del otro). Nada de dar la mano blanda, pocas cosas causan peor impresión.
- No hay que ofrecer la mano con la palma hacia arriba; eso es un signo de debilidad y sumisión.
- El apretón de manos no debe de ser ni muy largo ni muy corto. Si es muy corto y retiramos la mano bruscamente la otra persona puede pensar que nos desagrada, y si es muy largo puede resultar incómodo.
- Hay que establecer contacto visual durante el apretón, acompañado de una cálida sonrisa. No se puede mirar hacia el suelo o hacia otro lado mientras se saluda; eso demuestra timidez o, en el peor de los casos, desinterés hacia la persona.
- Por supuesto siempre levantarse para el saludo, si estamos sentados.
- El apretón de manos debe ir de arriba a abajo, no atrás y hacia delante.
- Agarrar con las dos manos la mano del que nos saluda o tocarle el brazo es un gesto de aprecio y de cierta familiaridad. Queda bien si hay confianza, pero puede ser un poco arriesgado si acabas de conocer a la persona.
Me sorprendió que un simple apretón de manos pudiese tener tanta importancia, pero no sería la última sorpresa. Iba a recibir todo un cursillo acelerado de lenguaje no verbal.