La primera forma de contacto con el cliente que quiero explorar es la que llamé vía internet en  mi anterior post. Esta es una vía que he empezado a explotar últimamente y que, la verdad,  me está dando buenos resultados.

Básicamente esta vía consiste en escribir un mail con la información del producto o  servicio que vendes y después enviárselo a los prospectos. Parece fácil, y realmente lo es, pero  deben tenerse en cuanta varias cosas para que esta vía sea lo más efectiva posible.

Personalmente estoy en contra de los envíos masivos. Creo que enviar el mismo correo  a toda una lista de direcciones es más propio de robots que de personas; por eso me he  propuesto humanizar el mailing comercial. En vez de enviar el mismo correo a todo el mundo,  uso una plantilla que voy adaptando según el destinatario. Quiero que se note que el correo lo  envía una persona, no una máquina, aunque eso me lleve más tiempo.

En realidad no suelo enviar la información así de sopetón. Si localizo a alguna empresa  a la que le puede interesar lo que vendo lo primero que hago es enviar un correo (conciso y,  por supuesto, sin faltas de ortografía) presentándome y preguntando si podría enviarles  información sobre un producto (obviamente, menciono de que producto se trata) que puede  interesarles. Si me responden afirmativamente es cuando les mando toda la información. Ya se  que puede parecer algo raro hacerlo así en vez de enviar la información directamente, pero  para mi es tan lógico como llamar a la puerta antes de entrar.

También tengo algunas manías sobre cuando enviar correos. Suelo hacerlo por las  mañanas porque creo que es cuando la gente está más atenta al correo. Si lo envío por la  tarde, pienso que ya no lo leerán hasta el día siguiente. Por el mismo motivo nunca envío  correos los viernes, ya que entonces seguramente no los verían hasta el lunes. Sufro pensando  que mis correos puedan quedar olvidados en los últimos puestos de la bandeja de entrada.

Para evitar que mis correos se consideren spam, o al menos intentarlo, siempre  prescindo de los efectismos al escribir el mensaje. Ya sabéis, hay personas que creen que  poniendo todo en mayúsculas, usando muchos signos de exclamación y poniendo el texto en  rojo captarán inmediatamente la atención del lector; y lo único que consiguen es que sus mails  vayan directamente a la carpeta de correo no deseado. Recordad que en internet escribir en  mayúsculas equivale a gritar, y a nadie le gusta que le hablen a gritos, ¿no? En la red hay  mucha información útil sobre como funcionan los filtros antispam y que podemos hacer para sortearlos.

Si el correo ha llegado a la bandeja de entrada de su destinatario, solo queda confiar  en que lo lea. Hay que ser cuidadoso con lo que se pone en el asunto del mensaje: palabras  como publicidad u oferta no son muy recomendables, porque suelen echar para atrás a la  gente. El objetivo es que la persona que reciba el mensaje le eche al menos un vistazo.

Como veis el uso del correo electrónico es una vía fácil, rápida y barata para captar  clientes. Y a vosotros, ¿os parece una manera adecuada de contactar con clientes, o creéis que  es demasiado impersonal? Me gustaría ver vuestros comentarios y experiencias al respecto.
Saludos de un comercial.