Aprender a interpretar el lenguaje corporal siempre favorecerá nuestra comunicación. Saber reconocer las pistas conscientes e inconscientes que nos envían las personas que nos rodean nos puede venir muy bien a la hora de hacer amigos o conseguir pareja, pero también facilitarán mucho las cosas en los negocios o en el trabajo.

Y es que las personas por lo general mandamos muchos más mensajes mediante el lenguaje corporal que mediante la modalidad verbal. Cada gesto, cada movimiento, cada expresión son pistas que enviamos y recibimos sobre emociones, personalidad, sentimientos.

Si tienes la oportunidad, y seguro que la tienes, te recomiendo hacer un experimento. En una conversación que presencies pero no formes parte activa de ella, presta atención a los movimientos de los interlocutores. Notarás que los cuerpos se moverán con cierta sincronización acorde a los argumentos presentados en la conversación. Algo así como un baile, con su propio ritmo, al son de los mensajes que se vayan transfiriendo.

En torno a este tipo de observaciones se ha ido creando escuela. Y se ha podido encontrar diferencias en este tipo de lenguaje dependiendo la cultura, el sexo, la edad, la religión… pero también muchas coincidencias entre todo tipo de personalidades y nacionalidades, gestos que delatan mucho de uno mismo independientemente de dónde y cómo hayas nacido.

El verdadero atractivo de este tipo de conocimientos, es adquirir el poder de la influencia. Influir de forma directa en las conversaciones que mantengamos en los diferentes planos de la vida cotidiana de manera que se pueda sacar provecho de alguna manera.

Podemos decir entonces que decodificar todas estas pistas que nos lanza, por ejemplo, un cliente sobre su personalidad, estilo y necesidades, nos indicará por donde podemos ir en una negociación. Por la naturaleza inconsciente del lenguaje corporal, este tiende a “traicionarnos”, por lo que no te debes olvidar de que probablemente tú también estés enviando mensajes. Por esto no debes preocuparte, es algo natural, de hecho deberías preocuparte si no lo hicieses. Pero ya que sabes que los estas enviando, intenta ser consecuente con lo que estés diciendo.

Si estas escuchando con atención a alguien que te quiere transmitir una información que se entiende importante, que te incorporares hacia adelante y mirar directamente a la persona que habla transmitirá que, efectivamente, te interesa mucho los argumentos que se exponen.

Cuando alguien de sopetón se cruza de brazos justo después de una frase concreta. Suele significar desacuerdo con lo dicho.

Y un jugueteo inconstante de los dedos se puede interpretar como nerviosismo.

Nuestro lenguaje corporal nos delata y delata al prójimo, así que aprender a transmitir lo que queramos transmitir y captar los mensajes inconscientes que nos mandan los demás nos dará más oportunidades de conseguir nuestras metas.