Le guerra del marketing se libra en las trincheras
El marketing de guerrilla nos da un montón de ejemplos de como la creatividad es más importante que el dinero cuando hablamos de hacer publicidad.
La oferta para cualquier producto o servicio ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Hemos alcanzado un punto en el que vendas lo que vendas, seguramente habrá otras tantas empresas que comercialicen exactamente lo mismo que tú.
La competencia por tanto es feroz, por eso las empresas tienen que ingeniárselas para destacar y llamar la atención del público. Fue así como nació una nueva forma de marketing conocida como marketing de guerrilla, aunque a veces también se le llama marketing radical o extremo.
Definición: ¿Qué es el marketing de guerrilla?
El marketing de guerrilla consiste en realizar campañas de publicidad que juegan con la creatividad y el factor sorpresa. Una definición más académica considera dentro del marketing de guerrilla aquellas estrategias de marketing ejecutadas por medios no convencionales y que basan su éxito en el ingenio y en la originalidad antes que en una alta inversión en espacios publicitarios.
El termino marketing de guerrilla fue acuñado en 1984 como consecuencia de la publicación del libro Guerrilla Marketing: Secrets for Making Big Profits from Your Small Business, escrito por Jay Conrad Levinson. El lema es máximo impacto, mínima inversión.
En sus inicios las tácticas más usadas en el marketing de guerrilla eran los grafitis. Una pintada en un sitio concurrido podía ser vista por cientos de personas a diario. Que el marketing de guerrilla eligiese el grafitti, una actividad considerada vandalismo por mucha gente, como un medio de expresión publicitaria ya da una idea de su afición por la transgresión. Después vinieron otras tácticas como los flashmobs y el marketing viral en internet.
El marketing de guerrilla pronto fue adoptado por empresas que no podían permitirse gastar demasiado dinero en campañas de publicidad más tradicionales (anuncios en prensa o televisión, etc.).
Las acciones del marketing de guerrilla ocurren en espacios públicos: centros comerciales, metro o en la calle; y después pasan a la red donde, si tienen éxito, se convierten en virales. En los últimos años hemos visto varias campañas que causaron bastante revuelo.
Ejemplos de marketing de guerrilla
Entre los ejemplos más recientes están las tiendas de moda que regalan ropa a los x primeros clientes que se presenten en ropa interior. El resultado, un gran grupo de gente en paños menores a la entrada del establecimiento, un revuelo considerable alrededor y promoción gratuita en televisiones, periódicos y redes sociales.
Lo de presentarse vestido de una determinada forma en un lugar (o menos vestido de lo habitual) se considera bastante gracioso y es ya un clásico de las campañas de marketing de guerrilla.
Y por supuesto Coca Cola también se apunta al carro:
Otras campañas no resultan tan “simpáticas” a las autoridades y no sería la primera vez que un publicista acaba declarando ante el juez; pero, como dicen algunos publicistas, es bueno que hablen de uno, aunque sea mal.