Antes de darle vida a tu negocio tienes que desarrollar un plan de empresa, que por si no lo sabéis, es un documento en el que se describe el negocio, se analiza la situación del mercado y se marcan acciones para el futuro y estrategias para llevarlas a cabo; además permite evaluar la viabilidad de la idea y mantener un seguimiento de la puesta en marcha.
Los siguientes, son unos pasos para crear de manera sencilla el plan de negocio con el que desarrollar tu propia idea
1. Nombre del negocio: inventar un nombre o renombrar el que ya tenga, teniendo en cuenta que sea un nombre fácil de recordar, asociable al producto que quieres vender, un nombre que tenga gancho.
2. Visión: ¿cómo estará el negocio en los próximos años? Hay que pensar en cómo se podría ampliar en el futuro, que ramas se podrían incluir, o que trabajo extra podría aparecer; por ello, la visión nos ayuda a crear expectativas de futuro.
3. Misión: en éste punto hay que explicar qué es lo que hace la empresa o negocio, las actividades que realiza y debemos resaltar las ventajas que vamos a aportar al mercado, a los consumidores, respecto a la competencia; hay que destacar qué nos potencia, qué nos diferencia, en definitiva, por qué somos mejores.
4. Objetivos y metas: hay que definir a dónde se quiere llegar con el negocio, ese a dónde, tiene que ser cuantificable con una línea temporal concreta. Hay que poner metas para cada producto o servicio del que vayamos a disponer en el mercado.
5. Realizar un análisis DAFO de nuestro negocio: DAFO es el acrónimo de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades; aquí hay que analizar las características del negocio para que prospere en el tiempo. Un análisis DAFO, ayudará a:
5.1. Fortalecer los puntos fuertes
5.2. Luchar contra las amenazas
5.3. Aprovecharse de las oportunidades
5.4. Afrontar las debilidades
El DAFO puede incluir factores, como el entorno económico y social cambiante, la competencia que puede originar nuevas oportunidades o amenazas, el mundo de las tecnologías que puede hacer cambiar la forma de desarrollar las actividades.
6. Plan de acción estratégico: este punto es el más complicado porque es en el que se debe incluir el plan de comercialización y la estructura de las ventas, si no se elabora correctamente puede que el negocio no despegue y condene la idea al fracaso.
7. Plan financiero: aquí se incluyen los presupuestos de la empresa que facilitará el logro de los objetivos y nos acercará a la elección de la mejor decisión de cartera. Con ésta parte del plan se ve el capital del que disponemos para realizar las operaciones financieras.
8. Evaluación y medición: los objetivos hay que desglosarlos y hacerles un seguimiento regularizado, de no hacer esto las posibilidades de fracaso serán mayores. Si las metas fijadas son demasiado optimistas o incluso irrealizables, habrá que ajustarlas y esforzarse para llegar a ellos.
Una vez que ya está desarrollado el plan, hay que trabajar en torno a él, mejorándolo y construyéndolo con frecuencia y teniendo en cuenta, como se comentó antes, que estamos en un entorno en constante cambio.
Victor Huelves – Director Corporativo de Operaciones.